
Tomar algo tan típico y cotidiano como unas persianas y añadirle dos tecnologías poco explotadas como la iluminación LED y la energía solar. Ventanas con persianas giratorias y transparentes que se recargan con la luz solar durante el día, y por la noche se convierten en pantallas para iluminar el interior de los edificios.
Una ventana que incluye paneles transparentes y motorizados equipada con diodos LED transparentes y células fotovoltaicas de tamaño microscópico. De esta forma, la luz del sol entra en las habitaciones durante el día, y al mismo tiempo recarga las baterías del sistema para que, por la noche, sólo haya que cerrar las persianas y que éstas iluminen el interior con colores y dibujos.
Este sistema consigue la misma luminosidad que una bombilla convencional de 60 vatios, con la ventaja de que no consume energía de la red eléctrica, lo que supone un ahorro del 22% del consumo medio de electricidad de una casa. También está destinado a museos, galerías y centros comerciales.