

Cuando se combina la ciencia, la tecnología y el arte, el resultado puede parecer magia, si entendemos este concepto como el arte de hacer cosas extraordinarias ó contrarias a las leyes naturales valiéndose de ciertos actos o palabras, o bien con la intervención de seres fantásticos. Aquí, el ser fantástico es un teléfono móvil cuando hace o recibe una llamada. Pero me explicaré. En el año 2006, la arquitecto Úrsula Lavrencic y el diseñador Auke Towslager crearon la primera versión del CellPhoneDisco, una instalación que transforma una parte del espectro electromagnético en otro rango de frecuencia (una gama de luz visible). Su encanto reside en la calidad de transmisión de la telefonía móvil, y su presencia más allá de la carcasa del dispositivo. En otras palabras, el Cell Phone Disco es una superficie que visualiza el campo electromagnético de un teléfono móvil activo y varios miles de luces LED se iluminan cuando se hace o recibe una llamada telefónica en las proximidades de la instalación...
Y es que cada teléfono móvil es único y transmite ondas de radio para conectar a una red, y cada día millones de personas alrededor del mundo están transmitiendo sus conversaciones privadas. Con el Cell Phone Disco se asiste a un momento único en la historia de las telecomunicaciones, cuando la transmisión ya no es dominio exclusivo de las empresas de radiodifusión y la conectividad de telefonía móvil se convierte en otra capa del paisaje urbano, modificando sustancialmente la topografía electromagnética del medio ambiente. Es verdad que el Cell Phone Disco no es magia; es ciencia y arte, por eso el concepto ha sido abrazado por importantes galerías de arte y museos de todo el mundo que tienen un legítimo lugar para mostrar al público la dinámica maravillosa de este tráfico omnipresente de la telefonía móvil.