Esta es la primera vez que Taiwan construye un pabellón para una exposición mundial desde hace 40 años, la última fue en la Expo 1970 en la Prefectura de Osaka, Japón, y desde luego ha causado sensación. El Pabellón ha sido una creación del renombrado arquitecto C.Y., inspirado en las filosofías orientales de la naturaleza y el espíritu, y refleja la fusión de la humanidad con la naturaleza. El cielo exterior en forma de linterna simboliza la esperanza hacia el futuro. La pantalla esférica de un millón de LEDs tiene 16 metros de diámetro y pesa 130 toneladas, y sus imágenes son una maravillosa muestra de la cultura y el paisaje natural de Taiwan.
La compañía taiwanesa Opto Tech Corporation, que es un socio de negocios de Nichia Corporation, ha diseñado y fabricado la pantalla LED que se podrá admirar hasta el 31 de octubre 2010, fecha de clausura de la exposición. Opto Tech ha utilizado módulos LED de Nichia que se denominan LEDs "3-en-1". Las dimensiones de los módulos son de 19 x 23 x 720-1200 mm. Un módulo equipado con 40 LEDs (20 píxeles) tiene una tensión de alimentación de 7,5 V, un consumo de energía de 11,4 W y una luminancia de 5,8 cd m2. Opto Tech también ha desarrollado una herramienta para combinar los módulos LED de forma que se pueda construir una auténtica esfera que además sea moldeable, así como un servidor para controlar la salida de vídeo para la pantalla. La pantalla es capaz de mostrar múltiples pantallas sincronizadas, así como imágenes independientes, gracias a este servidor que ha simplificado el proceso.
Sin duda el Pabellón de Taiwan está contribuyendo al éxito de la Expo 2010 de Shanghai muy bien organizada por el pueblo chino. Pero también el Pabellón Japonés donde los niños son recibidos por Robots que los guiarán hasta la Estatua del monje Jianchewn, o el de Australia con sus 1.257 Vacas Holstein que proveen de leche fresca a los visitantes y a todas horas, o el de Dinamarca que ha puesto a disposición de los visitantes 1.500 bicicletas disponibles para una experiencia urbana de Copenhagen, o el de los Emiratos Árabes Unidos con sus Dunas y un simulacro de un "viaje de ensueño" a través de los EAU y la típica vida cotidiana de las familias Emiratís, y por supuesto, el de España, que en vez de dunas, su pabellón es de mimbre y donde un Robot de bebé gigante asombra a los visitantes. Y tantos y tantos otros que han puesto lo mejor de su cultura, de su ciencia, y de su humanidad al servicio de eso, la Humanidad.