martes, 10 de mayo de 2011
Planeta multicolor en Palermo
El Planetario Galileo Galilei tiene un nuevo sistema de iluminación con tecnología led que consume 14 veces menos energía que los reflectores originales. A partir de ahora, el edificio que evoca a Saturno podrá cambiar de color y transformarse en el Planeta Rojo (verde o azul) y jugar con su reflejo en el lago.
“Con el correr de los años, el edificio fue aceptando ciertas modificaciones menores, entre las cuales se incorporó, hace ya más de 15 años, un sistema de iluminación arquitectural para la cúpula y el anillo”, explica Fernando Pons, de RGB Lighting Systems.
Consistía en 230 luminarias cuadradas diseñadas especialmente para ser insertadas en los huecos que se forman en el tramado de las placas de la cúpula. Estaban compuestas en su interior por cuatro lámparas tipo Xenón (de filamento lineal) de baja potencia, y 60 luminarias longitudinales, de casi un metro, también compuestas por estas mismas lámparas, que se colocaron en la parte superior perimetral del anillo iluminando hacia abajo. “Este conjunto de luminarias proveían un efecto fijo de luz cálida, que delineaban la silueta de la imponente estructura durante la noche”, describe Pons.
La idea original era reformar las luminarias existentes, colocándole dentro de las mismas pastillas de leds en reemplazo de las lámparas Xenón. “Nuestra filosofía de trabajo es completamente contraria a esa idea, ya que las luminarias para leds deben ser diseñadas y desarrolladas específicamente para la función que van a cumplir, y el reemplazo es sólo posible en contados casos”, contrapone Pons. Y agrega: “El condicionante principal era la falta de tiempo”.
El diseño considera el reemplazo de las luminarias instaladas por un sistema pixelado full color donde cada punto que se ve es un píxel (unidad mínima para mostrar una imagen) análogo a los puntos de un monitor de PC. Cada uno de esos puntos puede generar 16 millones de colores de acuerdo a la señal que recibe.
La cúpula debía respetar el aspecto anterior en cuanto a su fisonomía. Con la nueva instalación es posible encender la cúpula de forma similar al diseño original y además realizar efectos variados con cambios de color y con movimiento. Esto fue posible colocando luminarias especiales de forma cuadrada que responden individualmente a un controlador. En conjunto pueden generar imágenes de baja resolución, colores, movimientos o destellos.
Para renovar la iluminación de la cúpula se retiraron las 230 luminarias existentes y se colocaron en su lugar 345 píxeles , compuestos por unidades inteligentes de leds RGB. Estas luminarias dispusieron en conjuntos preensamblados con aislación ambiental IP65, de acuerdo al layout del proyecto. La distribución de los píxeles es análoga a la que tenían las luminarias originales, pero en mayor densidad. Estos píxeles son controlados desde una unidad “off-line” que guarda (en tarjetas de memoria intercambiables) datos originados con un software que compila un video de acuerdo al mapa de píxeles y permite reproducir videos en baja resolución para la formación de efectos.
Durante el día, estas luminarias son menos perceptibles que las originales, dando un aspecto más homogéneo y limpio a la cúpula de placas de cemento.
Para destacar el anillo, los diseñadores iluminaron las franjas de aluminio superior e inferior de los ventanales perimetrales, formando un continuo de luz en forma paralela a cada una de las 60 facetas que lo conforman. Se fabricaron luminarias longitudinales extra delgadas de 1,7 metros, compuestas por un perfil de aluminio anodizado para confundirse con la estructura del edificio, que aloja en su interior una tira de leds RGB. “Esta luminaria se extiende 30 centímetros desde el borde del edificio para optimizar el área iluminada”, explica Pons. Cada uno de los 60 ventanales cuenta con una luminaria de 102 leds RGB en la parte superior y otra de 51 leds en la parte inferior (que es más estrecha).
“Las patas nos presentaron un nuevo desafío, ya que su forma de V curva descendiente y su tamaño, son piezas muy difíciles de iluminar”, comenta Pons. Para destacar el volumen inferior y lateral de cada pata, los antiguos reflectores de mercurio halogenado se reemplazaron por proyectores RGB lineales de leds de alta potencia que se distribuyeron en el terraplén descendente hacia el espejo de agua.
“Es muy importante destacar que el conjunto de todas las luminarias encendidas a pleno en sus tres colores tendrían un consumo máximo de 8.200 watts.