jueves, 8 de septiembre de 2011

Los LEDs pueden salvar vidas


Hace unos días nos enteramos que en Ogbomoso, Nigeria, un bebé había sido diagnosticado con ictericia grave y necesitaba una transfusión de sangre para prevenir el daño cerebral o la muerte. Sin embargo, debido al muy bajo peso del recién nacido se optó por el tratamiento de fototerapia con luces azules empleando LEDs.

Tras una noche en una incubadora bajo un dispositivo llamado Brilliance, el bebé mostró una progresiva recuperación sin necesidad de hacer la transfusión; la compañía estadounidense D-Rev es quien fabrica el equipo de fototerapia y trabaja para llevar esta tecnología a comunidades con necesidades extremas en diversos países en desarrollo, para permitir el tratamiento de la ictericia.

Peligros de la ictericia neonatal

Se denomina ictericia a la acumulación de la bilirrubina en la sangre, la que causa que la piel y los ojos tomen una coloración amarillenta. Si este problema persiste y no es tratado adecuadamente, la bilirrubina puede acceder a los órganos y al sistema nervioso, dando lugar a una lesión neurológica —kernicterus— que deja secuelas muy graves e irreversibles, como retraso mental, y que incluso puede causar la muerte.

En nuestros días se calcula que el 60% de los recién nacidos padece ictericia, y el porcentaje de afectados aumenta notoriamente en el caso de los recién nacidos prematuros, ya que su cuerpo no está capacitado para eliminar rápidamente el exceso de bilirrubina.

Si bien la ictericia puede desaparecer sin tratamiento, en algunos casos el recién nacido debe ser sometido a fototerapia, es decir, la aplicación de una luz específica sobre la piel del afectado que ayudará a la degradación de la bilirrubina, que tras ser transformada en otra molécula pasa a la circulación sanguínea y finalmente es eliminada del organismo a través del intestino y la orina.

Hasta hace unos años, los recién nacidos con ictericia eran colocados bajo tubos de luz blanca durante varios días, con los ojos cubiertos para evitar daños en la vista. Luego surgieron otros equipos realizados en base a lámparas fluorescentes de color azul, halógenas y fibra óptica; aunque éstos eran más eficientes que el primero, tampoco alcanzaban la velocidad de degradación de bilirrubina requerida por los médicos.

En nuestros días se sabe que los equipos de fototerapia más efectivos son los LEDs, por encima de fluorescentes y halógenos, ya que logran degradar la bilirrubina más rápidamente, de manera que los tiempos de tratamiento se acortan. Esto se debe a que el equipo emplea una mínima cantidad de energía para producir únicamente la luz terapéutica, de alta intensidad. La luz es de color azul intenso, que corresponde a una longitud de onda muy específica, de 470 nanómetros.

Además, los LEDs no varían la intensidad de la luz, como ocurre con los tubos fluorescentes, tienen una vida útil mayor, y un costo de reposición inferior a los tubos. Algo más a tener en cuenta es que los LEDs no generan calor al acrílico de las incubadoras