jueves, 27 de enero de 2011

Ropa para el hombre anuncio del siglo XXI


Perdona ¿eres tú el que lleva la ropa fotónica?», pregunta un joven a uno de los responsables del expositor en la feria IFA de Berlín. «Sí, deja que te lo enseñe», responde el hombre y, como por arte de magia, su camiseta blanca, en la que era imposible distinguir ni un solo componente electrónico, comienza a mostrar texto, iconos, imágenes que cambian de color... Primero el logotipo de la compañía recorriendo el torso, luego el dibujo de un ojo que mira de derecha a izquierda, luego un gran corazón rosado. Es el hombre anuncio del siglo XXI y con sólo pulsar un botón ha conseguido reunir una multitud de curiosos que no dejan de sacar fotografías.

A unos metros de él, la tapicería de un sofá muestra la animación de un caballo trotando en el respaldo. Al terminar, la hora y la fecha aparecen sobre la superficie como por arte de magia. El tejido esconde la misma tecnología que la camiseta que antes ha dejado boquiabierto al joven y que ha conseguido que un grupo de chicas le señale insistentemente desde el otro lado.

Una cremallera en el lateral de la camiseta desvela el secreto. En el interior de la prenda hay una película flexible de 20 x 20 centímetros fabricada con LEDs, diodos emisores de luz capaces de generar una infinidad de colores sobre la superficie de la tela pero que consumen muy poca energía. Junto a ella se sitúan las baterías y el circuito que controla los diodos. El peso total de los componentes no llega a los 100 gramos y no se han integrado del todo para poder sacarlos de la prenda —que puede funcionar durante días sin recargar— antes de poner la lavadora.

El panel de 20 x 20 centímetros tiene poco menos de medio millar de puntos de luz y las imágenes no son muy nítidas. Es suficiente para poner sobre los tejidos textos legibles y formas reconocibles. En una discoteca, cualquiera con la suficiente valentía para lucir ropa tan avanzada sería sin duda el centro de atención.

Las prendas, es verdad, tienen la misma textura y flexibilidad que cabría esperar en la ropa comprada en cualquier tienda.Sólo se nota un pequeño abultamiento en el área que esconde el panel.