martes, 18 de mayo de 2010
La iluminación led
En 1927 Oleg Vladimirovich Losev desarrolló un sistema mediante el cual advirtió que los semiconductores empleados en los receptores de radio emitían luz cuando una corriente eléctrica los atravesaba. Este estudio de los llamados diodos emisores de luz sería el comienzo de la tecnología LED (siglas del inglés Light-Emitting Diode).
A lo largo de su vida, publicó una serie de artículos, en los que fue detallando como funcionaba un dispositivo, que él mismo fabricó, y que generaba luz mediante electroluminiscencia. Esto quiere decir que los electrones cuando caen a un nivel de energía muy bajo emiten luz. Hoy a este mecanismo se le denomina como de “ultra bajo consumo”.
El problema fue que Losev murió en 1942 durante el sitio de Stalingrado sin llegar a desarrollar su invento. Pero en 2007 la Historia le colocó donde debía, un artículo de Nature Photonics le dio a conocer como el inventor del LED.
Se sabe que esta fuente de luz se introdujo en la década de los años 60, y sus primeras versiones de LED sólo emitían luz roja de baja intensidad, o sea los dispositivos de luz que llevan todos los mandos a distancias de los televisores, ¿quién no conoce la lucecita roja que emite el mando distancia cuando se cambia de canal? Pero Leds es mucho más y afortunadamente en la actualidad su durabilidad, eficiencia y su uso favorable al medio ambiente le otorga una posición privilegiada y multifuncional.
Es en 1960 cuando la industria lo empieza a desarrollar. Al principio, su uso se limitaba a mandos a distancia y para señalar el encendido/apagado de los electrodomésticos y los únicos colores que se usaban eran rojo, verde y amarillo. Pero a finales del siglo XX se inventan los Leds ultravioletas y azules seguidos del blanco, así que gracias a toda su amplia gama de colores sus sistemas de utilización se han incrementado.
Leds y Medio Ambiente
Algunos expertos han catalogado este sistema de iluminación como “la luz del futuro”, aunque la práctica nos haga pensar que el futuro ya está aquí. Por ello, se debería empezar a plantear la seria posibilidad de que los pequeños cambios que se vayan efectuando, no sólo a nivel de conciencia, sino a nivel práctico son beneficiosos para la protección del único planeta en el que, hasta ahora, vivimos.
Las bombillas tradicionales tienden a la desaparición y la única alternativa viable y ecológica es la de la iluminación Led. No sólo por el ahorro energético que esto conlleva y por el cuidado del medio ambiente, sino por su ausencia de contaminantes que, entre otras características sus niveles de emisiones a la atmósfera d C02 son prácticamente nulas. Los Leds no tienen mercurio así que carece de toxicidad y duran cincuenta veces más que una bombilla normal.
Así que la pregunta es, ¿si son todo ventajas, por qué no hay una masiva sustitución de la iluminación tradicional por esta otra de tecnología Led? Creo que la única respuesta es el precio, ya que efectivamente las sustituciones suponen una nueva inversión. Y es ahí donde los planteamientos ecológicos y de ahorro futuro se diluyen en el saco de las buenas pero no cumplidas acciones.
Si realmente hiciéramos un estudio a medio plazo de la utilización de los Leds en nuestro entorno, sacaríamos varias conclusiones, y acumulando todas podríamos decir que las pequeñas acciones diarias a favor del medio ambiente compensan. Ahorrar energía debería ser una obligación. La responsabilidad de las personas es hacer todo lo que esté en nuestras manos para un desarrollo sostenible y hay que pasar de la teoría a la práctica.