Pocas cosas en la vida logran maravillarme al extremo como lo hace un arco iris. Un espectáculo natural único e irrepetible en cada ocasión, fruto de la confluencia armónica y perfecta de muchos factores al mismo tiempo y en un mismo punto: luz, gotas, densidad atmosférica, etc.
Es cierto, es mejor soñar con la magia de un caldero con monedas de oro en su extremo y pensar que un duende travieso dejó su huella en el cielo. Y aunque sepamos positivamente que no es así, podemos rescatar algo de esa ilusión para nuestros niños. Llévate este arco iris a casa.