martes, 6 de abril de 2010

El cambio de lámparas fluorescente por luces Led ahorraría 8.700 toneladas de residuos


El alumbrado fluorescente de nuestro país produce al año 8.700 toneladas de residuos y el mercurio presente en dichas lámparas es capaz de contaminar todo el agua potable presente en España. Así de categórica se presenta la realidad, según el informe presentado por la Asociación Española para el Reciclaje de Lámparas, Ambilamp.

Asimismo, según expresa la organización ecologista Greenpeaces, cada lámpara fluorescentes contienen 200 miligramos de mercurio, dosis necesaria para que sólo una bombilla pueda contaminar toda el agua de una piscina.

Esta realidad acompañada con la reciente preocupación por el calentamiento global, ha llevado a que la Comisión de la Energía Europea se haya propuesto para el periodo 2010 -2015 una sustitución progresiva, por parte de la mayoría de los países comunitarios, de las lámparas incandescentes por iluminación Led o por bombillas de bajo consumo, ya que gastan menos electricidad (un 70% menos en el caso de las Led), duran mucho más que las convencionales y, por lo tanto, permiten un mayor ahorro económico y con ello tienen menor impacto medioambiental.

En España, diversos responsables institucionales han anunciado medidas para llevar a cabo esta transición. Por un lado, la Comisión de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino del Congreso ha aprobado reemplazar las bombillas poco eficientes antes de tres años. De esta manera, los hogares españoles tendrían que sustituir unos 217 millones de bombillas en dicho plazo. Como medida de apoyo, el Plan de Ahorro Energético del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio prevé repartir 49 millones de bombillas de bajo consumo, de manera que cada hogar obtenga una en 2009 y otra en 2010.

Las bombillas incandescentes están compuesta por vidrio y metales que aunque pueden recuperarse y aprovecharse de nuevo, conllevan un costoso proceso logístico de reciclaje. Además, en el caso de las fluorescentes llevan mercurio, metal pesado altamente contaminante que puede trasladarse a grandes distancias una vez que es emitido a la atmósfera, y más aún, al asentarse en medios acuáticos se transforma en una toxina: el metilmercurio. Este potente elemento contaminante se asienta en peces y otros animales, y luego en los humanos al pasar a formar parte de su dieta.