lunes, 8 de marzo de 2010
Esto es lo que yo presento para competir». El presidente de la comisión Sueca-Literato Azorín, Bernardo Morosoli, sabe el esfuerzo que cuesta lo que el público conoció ayer, una espectacular y sorprendente iluminación creada por la empresa italiana De Cagna y con la que aspira a mantenerse en el trono de este concurso fallero, en un partido que se juega este año más que nunca en Ruzafa, donde la competición ha subido a un nivel muy alto.
Antes del encendido, en el que estuvo acompañado por la fallera mayor de dicha comisión, María Amparo Morosoli, así como por la fallera mayor infantil, María Luque, el presidente tuvo unas palabras de recuerdo para la recientemente fallecida María Ángeles González, apasionada de las fiestas populares, esposa del concejal Alfonso Grau y «amiga de la comisión y defensora de la iluminación en Fallas», como dijo Morosoli.
Un momento emotivo en el que estuvo presente Sofía Grau, hija pequeña de María Ángeles y Alfonso, quien acudió junto a su marido e hijos. Tras ese preludio de homenaje, llegó el momento de la fiesta, que se cerró con un pequeño castillo de fuegos artificiales obra de El Portugués, reconocido pirotécnico y que provocó si cabe más impacto entre el público.
Antes surgieron portalones y arcos como por arte de gracia bellamente encendidos. Las lágrimas de luz que caen de los primeros es un efecto similar al que los vecinos de Valencia vieron en la plaza del Ayuntamiento en Navidad. La empresa italiana ganó aquel concurso y anticipó su calidad.
Todos los elementos están profusamente decorados y de estilo clásico, compuestos por más de 600.000 bombillas, la mayoría de las llamadas LED, de bajo consumo, que sumergen al visitante en un mundo fantástico.
El cruce de las calles de Sueca con Literato Azorín se llenó de público. La cifra puede llegar a los dos millones de visitantes durante la semana fallera, lo que refleja la importancia de esta comisión en el barrio. Cabe destacar que mantiene desde hace 19 años el primer premio del concurso que convoca la Junta Central Fallera.
No ha tenido fuertes competidores, aunque este año han aparecido, Cuba-Literato Azorín y Cuba-Puerto Rico, deseosas de alzarse con el preciado premio, cuya única compensación es el orgullo de ser el primero y el «palet».